Y vamos a hablar de ella porque es obligación hacerlo para todo amante del fiddle irlandés de la segunda mitad del siglo XX. Si hace poco se nos fué Tommy Peoples, Josephine Keegan es a sus 83 años una leyenda viva y silenciosa de la música irlandesa, y lo es por su impresionante capacidad interpretativa y por las grandes joyas que nos ha legado en forma de composiciones propias. Josephine sigue tocando regularmente y dando guerra en muchas sesiones del condado de South Armagh, incluso publicó una serie de grabaciones en directo hace tan solo 7 años, despues de toda una vida dedicada a la música. Todo esto mientras muchos quinceañeros de hoy dia protestan cuando se les pide que saquen la basura.

Su historia comienza en 1935 en Dundee (Escocia), hija de emigrantes irlandeses, la pequeña Josephine empezó a mostrar pinceladas de su tremendo talento cuando sus padres la sentaron por primera vez sobre la banqueta de un piano a los 6 años. Poco después empezó a tomar clases de violín y simultaneó ambos instrumentos hasta su llegada al citado condado de Armagh unos años más tarde. Con tan solo 20 años se convirtió en una reputada pianista de música tradicional y realizó acompañamientos para músicos tan notables como Joe Burke o Sean Maguire.
El disco que hoy nos ocupa es una selección de temas tradicionales y composiciones propias que vio la luz en 1980, cuando nuestra artista ya había alcanzado su madurez personal y musical. Hablamos de un disco único y con una proyección muy importante, no solo por la peculiar elección de temas que realizó, si no por su forma tremendamente personal y rítmica de tocar el fiddle, y porque en algunos de ellos se acompaña a si misma al piano. Un claro ejemplo de ambas características es el siguiente corte.
Y mucha atención a la ejecución tan compleja y perfectamente mesurada de este segundo corte:
Keegan es lo que se conoce como una violinsta de acentuación «off beat», o fuera del tempo o del golpe de ritmo habitual, y eso le permite dar a sus temas un aire distinto y una cadencia de baile muy marcada.
Las siguientes jigas son todo un clásico en las sesiones de Granada desde hace años:
A ella también le debemos la conservación y la popularización de muchos temas que estaban un tanto apartados en la década de los 60 y los 70, y que gracias a su buen hacer hoy dia son clásicos de las sesiones más puristas que existen, como son los temas de Ed Reavy, Charlie Lennon, Kevin Loughlin, Seán Ryan o Paddy Taylor.
En 2003 recibió el premio especial del Boston College por toda su trayectoria y su trabajo en la preservación de la música tradicional irlandesa, así como el premio de la televisión TG4 irlandesa a la compositora del año en 2005. En el año 2002 publicó su primer y único libro de composiciones, a pesar de que muchas de ellas, ya llevaban años en los repertorios de miles de músicos de sesión de todo el globo.
Pero lo más importante de la figura de esta genial intérprete, no es en si su legado, si no la tremenda influencia que aún tiene sobre todos aquellos que nos acercamos en profundidad a la música tradicional. De igual modo que cualquier persona es capaz de reconocer en si misma, o en la gente que la rodea, gestos, maneras, opiniones y formas de ser muy parecidas a las que tenían nuestros padres y abuelos. Los músicos tenemos que hacer un ejercicio de humildad y reconocer en nuestros adornos, cadencias, modos y repertorios, la herencia de gente como Josephine Keegan, porque esa impronta indeleble forma ya parte inmutable de lo que somos, y de lo que algún dia dejaremos a los que nos sucedan.