El verano no es solamente el momento perfecto para comerte una paella llena de moscas en un chiringuito de Benalmádena, provocarte quemaduras de tercer grado tras olvidarte de que te has echado la siesta al sol, o de esquilmar tus escasos ahorros personales en viajes a lugares abarrotados de turistas, donde se paga una pequeña fortuna por un souvenir sin ninguna utilidad, por un plato de la receta autóctona elaborado por inmigrantes mal pagados, o por una estereotipada fotografía junto a un monumento cubierto de estiércol de paloma, es también, el momento de los festivales musicales en todo el mundo, y como no podía ser de otro modo, también en Irlanda.

De entre todos los festivales veraniegos de la isla que se dedican a diversos estilos, destacan los de música tradicional irlandesa, en los que podremos encontrar algunas de esas descontroladas masas de turistas anteriormente citadas, y a su vez, de entre todos ellos destaca el Fleadh, que suele celebrarse a mediados de agosto y que reúne cada año en una ciudad diferente, a infinidad de músicos y aficionados que disfrutan a lo largo de una semana, de las competiciones, conciertos, sesiones, pasacalles y otras actividades que allí se dan lugar, y que este año se celebrará en Drogheda, cerca de Dublin.
Los orígenes de este evento son relativamente recientes, fue la constitución de Comhaltas Ceoltóirí Éireann, en 1951, asociación que con el apoyo gubernamental, se encarga de difundir y conservar la cultura musical irlandesa, la que propició la celebración del primer Fleadh, que en sus comienzos se ideó como una competición entre músicos provenientes de toda Irlanda, para de este modo, dirimir a los campeones de cada una de las categorías existentes, dedicadas a instrumentos solistas, duetos, tríos, canto, baile ceilidh bands etc. Con los años y el aperturismo, la competición sigue siendo la piedra angular del Fleadh, pero este ha tomado poco a poco un carácter mucho más festivo, y actualmente podría considerarse como un festival más de los que se celebran en verano, de no ser por los alrededor de 400.000 visitantes que suelen congregarse en las ciudades que lo hospedan, y que a veces tienen una cifra de habitantes 10 veces menor a ese número.
La Competición

Como hemos comentado alguna vez en este blog, los irlandeses son muy competitivos, no son pocos los ejemplos de porfías típicas de bar que acaban convirtiéndose en deportes un tanto peculiares, como es el caso de los bolos de carretera. Donde quiera que exista un irlandés con una habilidad, siempre encontrará a otro dispuesto a retarlo, y un grupo de congéneres convenientemente bebidos dispuestos a apostar. Fue probablemente así como nació la idea de reunir a los mejores músicos de Irlanda para que compitieran por el trofeo de «All Ireland Champion», que se otorga al ganador de cada categoría. Los músicos se dividen en diversas competiciones, ya sea por edades, o por instrumentos, de esta forma, podemos encontrar categorías sub 12, sub 15, sub 18 y senior, para cada instrumento, y también competiciones grupales para duos, o hasta para bandas, existen incluso certámenes de silbido o de lilting.
Los participantes obtienen su billete para esta gran final, en las competiciones locales que cada una de las delegaciones de Comhaltas o branchs, organizan a lo largo del año, existen branchs situados a lo ancho de toda la geografía irlandesa, y también en lugares tan alejados como USA o latino america. Los aspirantes de otros países deben pasar una audiencia previa para poder tomar parte en el concurso.
Entre los ganadores de el título de mejor músico de Irlanda, tenemos nombres tan ilustres como Matt Molloy, Liz Carroll, Martin Hayes o Jackie Daly, aunque actualmente, la participación se ha centrado mucho en la gente joven que busca darse a conocer en el mundo de la música tradicional.
La Fiesta
Como se que sois todos unos viciosillos, y que a vosotros lo que os gusta el el jolgorio, el cachondeo, y la exaltación de la amistad que se produce tras la tercera pinta consecutiva, os hablaré de lo que realmente os importa, la fiesta.
Son muchas las opciones que tenemos para elegir de entre el extenso programa que presenta el Fleadh cada año, podemos acudir a conciertos de alguna de las leyendas vivas de la música tradicional, o de alguno de los nuevos grupos pujantes, echarnos un baile en uno de los múltiples ceilidhs que se organizan en los escenarios al aire libre, llevar a los críos a los bailes o sesiones infantiles que son dirigidas por algún músico de renombre, mejorar nuestra técnica en los talleres y clases que nos ofrecen, y como no, participar de alguna de los cientos de sesiones espontáneas que se celebran en pubs, bares, e incluso en la propia calle ante la mirada de docenas de curiosos. Si eres músico seguramente sea este último el plan que más te seduzca, a pesar de que muchas de las sesiones puedan resultar un tanto masificadas y caóticas. Lo mejor es que vayamos siempre acompañados de algún «guía local», que conozca bien el cotarro y que pueda colarnos en alguna de las sesiones más interesantes, que haberlas haylas.
Si no eres músico, simplemente puedes dedicarte a pasear y disfrutar del increíble ambiente que se destilan las calles durante este magnífico evento, o de la potente programación paralela.
El Fleadh tiene una web en la que podéis consultar horarios, actividades, e incluso las posibilidades de alojamiento que no suelen ser muchas habida la abultada asistencia que sufre año tras año, y desde hace poco, también goza de la cobertura de la televisión pública irlandesa, que nos ofrece resúmenes y extractos en su página de facebook.